El educar ocurre, por lo tanto, todo el tiempo; de manera recíproca, como una transformación estructural contingente a una historia en el convivir de la comunidad donde se vive.
La educación como “sistema educacional” configura un mundo y los educandos confirman en su vivir el mundo que vivieron en su educación. Los educadores, a su vez, confirman el mundo que vivieron al ser educados en el educar.
Como vivamos, educaremos y conservaremos en el vivir el mundo que vivamos como educandos. Y educaremos a otros con nuestro vivir con ellos en el mundo que vivamos en el convivir.
La educación es un proceso continuo que dura toda la vida y que hace de la comunidad donde vivimos un mundo espontáneamente conservador en lo que al educar se refiere. Esto no significa -por supuesto- que el mundo del educar no cambie, pero sí, que la educación como sistema de formación del niño y del adulto, tiene efectos de larga duración que no se cambian fácilmente.
Hay dos épocas o períodos cruciales en la historia de toda persona que tienen consecuencias fundamentales para el tipo de comunidad que ellos traen consigo en su vivir. Estos son la infancia y la juventud.En la infancia, el niño vive el mundo en que se funda su posibilidad de convertirse en un ser capaz de aceptar y respetar al otro desde la aceptación y respeto de sí mismo.
En la juventud se prueba la validez de ese mundo de convivencia en la aceptación y respeto por el otro desde la aceptación y respeto por sí mismo en el comienzo de una vida adulta social e individualmente responsable.
No existe, en consecuencia, la falta de educación; el convivir cotidiano en sociedad educa por acción o por omisión. Por ello nuestra responsabilidad política parte de hacernos la pregunta y reflexionar acerca de:
- ¿Qué mundo queremos?
- ¿Para qué queremos educar?
- ¿Qué país queremos?
- ¿Qué sociedad queremos?
Queremos un mundo en el que nuestros hijos crezcan como personas que se aceptan y respetan a si mismas, aceptando y respetando a otros en un espacio de convivencia.
Del libro "Emociones y Lenguaje en Educación y Política" de Humberto Maturana
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